lunes, 29 de agosto de 2011

Consejos para comprar un routers inalámbricos

El router inalámbrica ha sido el rey de la conectividad de las redes domésticas durante muchos años, y siguen siendo una pieza clave en cualquier configuración.

Configurar una red doméstica no es tarea fácil, y menos cuando los ordenadores y los dispositivos susceptibles de conectarse en red proliferan de un modo espectacular prácticamente en todos los hogares. Desde potátiles, netbooks o móviles, hasta televisiones y vídeos (pasando por tabletas o altavoces). Las opciones disponibles para interconectar todos estos dispositivos pasan casi indefectiblemente por las tecnologías inalámbricas en general y los routers en particular.

Los routers inalámbricos actuales puedes encontrarlos como únicamente routers con puertos de red Ethernet y la interfaz WiFi. O, también, como dispositivos ADSL que combinan la entrada de banda ancha ADSL con el acceso inalámbrico para llevar la conexión a toda la casa (o la oficina si se usa en un entorno corporativo).

También existen modelos portátiles que integran conexiones por cable e inalámbrica y la posibilidad de configurarlo como punto de acceso, antena WiFi (para que un equipo sin tecnología inalámbirca se beneficie de ella), o repetidor WiFi. Si lo que tienes es una targeta 3G, también existen routers inalámbricos que convierten la señal de datos móviles en acceso WiFi.

Si buscas modelos avanzados, te debes asegurar de que el router que selecciones incluya doble frecuencia 2,4 GHz y 5 GHz, lo que permitirá crear dos redes WiFi independientes a partir de una misma conexión. También es interesante que disponga de sistema de control del uso de la red (con pantalla de monitorización). Todo esto te supondrá un coste adicional que, en muchos casos, es conviniente realizar.

Cuidado con las aplicaciones multimedia

Si una de tus aplicaciones clave dentro de una estructura de red doméstico es compartir contenidos multimedia, ten presente que los vídeos de alta definición pueden precisar más ancho de banda que un simple acceso a páginas en Internet. Por ello, es muy interesante que el estándar sea 802.11n, que es el más avanzado en la actualidad. Recuerda que la distancia juega en tu contra y que, a pesar de que la velocidad máxima pueda ser de unos 60 Mbps para el estándar antes comentado, con obstáculos de por medio puede bajar hasta los 10 Mbps.

También es importante evaluar el número de usuarios que vayan a hacer uso de la red, ya que el ancho de banda de un router WiFi se comparte con todos los usuarios. Tamto es así, que en algunos casos puede ser interesante pensar en usar dos routers.


la configuración de los router se puede realizar o bien mediante la aplicación de control (si el fabricante ofrece esta opción), o bien mediante una interfaz web en el navegador. Esta es la opción preferida para la puesta a punto del router a poco que se tengan conocimientos de tecnología de comunicaciones, y da acceso a todas las funcionalidades del dispositivo tanto a través de opciones básicas como asistentes avanzados.


Ojo con las distancias


La velocidad
de un router inalámbrico puede ser tan alta como los 300 Mbps de los de tipo 802.11n, o los 54 Mbps de los de tipo 802.11g. Pero recuerta que, en la práctica, la velocidad real sostenida será menor ya que esta se ve penalizada por obstáculos contundentes, como paredes o estructuras metálicas. En estos casos, una conexión WiFi puede no ser suficiente. Una buena solución para esto son los dispositivos que combinan la tecnología PLC (para llevar Internet a través de los cables de la red eléctrica de casa) con la inalámbrica (integrando un punto de acceso).

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